La mujer sabia crea un hogar

Querida, tus tareas del hogar son importantes. Todas las comidas que cocinas, los refrigerios que brindas, cada limpieza que haces y cualquier otra cosa que haces en tu hogar con amor marca la diferencia para toda la eternidad. A Dios le importa cada pequeña forma en que tú cuidas a tu familia y está muy complacido con tu amor. Tu labor no es en vano.

La Biblia no contiene muchas instrucciones específicas para las mujeres, pero Tito 2:5 dice que debemos ser “amas de casa”. Es una palabra compuesta con un gran potencial. Cuando miras bien las costumbres de tu hogar y de las personas que lo integran, ya sea que estés en el trabajo todo el día, te quedes en casa o en algún punto intermedio, eres como una directora de orquesta que crea la mayor sinfonía de su vida: tu Obra Maestra.

Como mujeres escuchamos muchos mensajes sobre el tema de las tareas del hogar y todas queremos que nuestro hogar sea perfecto. Pero, ¿qué pasa si acudimos a Dios y le preguntamos cómo quiere que se vean y se sientan nuestras casas en lugar de compararnos con otras mamás que conocemos? Está bien (de hecho, es bueno) si su hogar es exclusivo para usted y su familia. Estamos aquí para decir esto: el espacio bajo tu techo no tiene por qué ser perfecto.

El cuidado del hogar bíblico tiene más que ver con el ministerio que se lleva a cabo entre tus paredes, las comidas que comparten, el espacio que brindas a tus hijos y a sus amigos para que descansen, jueguen y rían. Tu hogar debe estar lo suficientemente limpio como para que no te vuelva loca, pero lo suficientemente desordenado como para que tus hijos no tengan miedo de divertirse, descubrir y crear. A medida que lees los artículos de esta sección, ora y pídele a Dios que te muestre cualquier cambio que Él quiera que haga en tu corazón o en tu hogar. Y recuerda: “¡Tú lo haces tuyo!” Tu vida hogareña no se parecerá exactamente a la nuestra, y eso es muy bueno. ¡Dios ama la variedad!

Con amor,

Mamá Deb Weakly y el Equipo del Club de Ayuda para Mamás

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Deb Weakly

Co-founder at Help Club for Moms

My name is Deb Weakly and I helped create the Help Club for Moms with one goal in mind: to create a community in which moms help moms to know the love of Christ. My own childhood was difficult and filled with sadness. I didn’t grow up in a Christian home, so when I became a Christian (and soon after, a mom), I had no idea what I was doing; I didn’t know what it meant to raise Christ-centered kids, but I so desperately wanted to learn.

I remember going into my daughter's room night after night and kneeling beside her bed and crying my heart out to God because I didn’t know how to be a Christian mom; I felt like I had no idea what I was doing. You know what? God is so faithful! He answered me and simply said, “Spend time with me, Deb.” And so I did. I began arising 15-30 minutes earlier each day so I could read my Bible and pray, and plan out my day with my family.

If there was one thing I would love to share with you is that God is personal and loves you as you are. You don’t have to be perfect to be loved by our amazing God! Come as you are! His loving presence can be practically known and experienced. He is not a God who is far away, He is near and easily found. He longs for you to come to Him!

Randy and I have been married for 33 years and we have two grown children, Christie, and Jack, and one answer to prayer son-in-law named Alex. And now I get to be a Gigi to my sweet little grandbabies, Aspen and Skylar, and Piper. Yay!

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