Mamá, ¿necesitas ayuda?

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dió a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, sino que tenga vida eterna.” Juan 3:16

Mamá, ¿necesitas ayuda?

Hola, dulce amiga, ¡estamos muy contentas de que estés aquí!

Lo más probable es que tomaste este libro y estás buscando un poco de ayuda. Tal vez estés cansada por tantas noches inquietas con tu bebé, cansada por las rabietas de los niños pequeños, agotada por el afán y el bullicio de una agenda familiar increíblemente ocupada, o luchando durante la adolescencia que te deja abrumada y buscando un descanso. Cualquiera que sea la etapa de maternidad en la que te encuentres, queremos comenzar diciendo que hay ayuda para ti. ¡Hay esperanza para todas nosotras!

Aunque este libro está repleto de artículos y recursos probados y verdaderos para que puedas navegar la maternidad un poco más fácil, nuestra única ayuda se encuentra en el Espíritu Santo: Jesús, que vive dentro de nosotras. Antes de que podamos afirmar que alguna vez seremos de ayuda para ti, ¡debemos comenzar nuestro viaje en la fuente de la verdadera ayuda! Jesús es la fuente de nuestra ayuda y espera pacientemente que nosotras, sus preciosas creyentes, lo invoquemos. Él quiere que permitamos que el Espíritu Santo éntre en cada abertura y hendidura de nuestro corazón para que podamos escuchar directamente de Él. Él quiere iluminar los espacios oscuros y escondidos de nuestras almas y refrescarnos con la esperanza y el consuelo que anhelamos.

En la maternidad, las rutinas y tareas del día a día pueden parecer increíblemente rutinarias. Pueden pasar muchos días en los que nos sentimos desapercibidas y menospreciadas. Pero hay buenas noticias: Dios nos ve. Él ve todos y cada uno de los pequeños detalles de nuestros días. Él sabe la cantidad de derrames que has limpiado y la cantidad de pañales que has cambiado. Él ve las lágrimas que has llorado (o reprimido) y se preocupa profundamente por todas y cada una de ellas. La tarea de criar hijos no es una tarea fácil, pero es un llamado santo. Con la ayuda de Dios, sabemos que podemos salir de nuestras limitaciones humanas y entrar en la fuerza y el gozo de Dios a medida que nos acercamos a cada nuevo día. Él es capaz de renovarnos y revitalizarnos como nadie más puede hacerlo.

Nunca presumiríamos conocer el rompecabezas único de tu familia; sin embargo, Jesús sí. Te animamos a que nunca olvides la poderosa ayuda a la que tienes acceso todos los días a través del Espíritu Santo. Nunca subestimes el poder que vive dentro de ti como seguidora de Cristo, y nunca olvides que puedes escuchar personal e íntimamente a Jesús en nombre de tu familia. Pídele ayuda al Espíritu Santo en tu matrimonio, con tus hijos y en cualquier otro ámbito donde tengas necesidad. Déjate conocer por Jesús. Dale todo lo que tienes. Cuando lo hagas, Él obrará en tu vida de una manera que te dejará sin aliento. Con Jesús nunca estamos solas y siempre, siempre tenemos ayuda.

¿Te preguntas cómo puedes creer en Jesús y permitirle obrar en tu vida de esta manera? Confiar en Jesucristo como tu Señor y Salvador y reconocerlo como el Señor de tu vida es tan fácil como el ABC:

  • Admite ante Dios que eres pecadora: “Pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios,” (Romanos 3:23).
  • Buscar creer que Jesús es el Hijo de Dios: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16).
  • Confiesa tu fe en Jesús como tu Señor y Salvador: “Que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo.” (Romanos 10:9)

Aquí hay una oración simple del Reverendo Billy Graham que puedes orar hoy para invitar a Jesús a tu corazón y avanzar en una relación con Él:

Querido Señor Jesús, sé que soy una pecadora y te pido perdón. Creo que moriste por mis pecados y resucitaste de entre los muertos. Me aparto de mis pecados y te invito a entrar en mi corazón y en mi vida. Quiero confiar y seguirte como mi Señor y Salvador. En tu nombre. Amén.

Si hiciste esa oración, ¡nos encantaría ser las primeras en darte la bienvenida a la familia de Dios! Mientras lees el resto de este libro, ora y pídele al Señor que te ayude a aprender cómo vivir tu nueva vida con Cristo. Asegúrate de contarle a tu pastor/ministro o a una amiga cristiana las buenas noticias de lo que Dios ha hecho en tu vida. ¡Estarán muy felices por ti!

¡Bendiciones para ti, mamá!

Con amor,

Krystle Porter y el Equipo del Club de Ayuda para Mamás

Krystle Porter
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