“La mujer sabia edifica su casa; la necia, con sus manos la destruye.” Proverbios 14:1
Cómo convertirse en una madre sabia
La sabiduría es hacer ahora aquello con lo que serás feliz más adelante. Joyce Meyer
El parto y el alumbramiento no son fáciles para mí. Intenté dar a luz a nuestros hijos de forma natural, pero en ambos casos, los bebés sufrieron problemas y tuve que hacerme una cesárea. Me sentí muy desanimada cuando llegó el momento de que me llevaran al quirófano. Con mi primer bebé, ni siquiera pude verla hasta una hora y media después de su nacimiento, así que estaba profundamente dormida cuando finalmente me la trajeron. Me encantaba sostener a mi preciosa Christie, pero era muy difícil amamantarla porque no podía despertarla.
Sin embargo, Dios me dio un regalo con mi segundo hijo. Recuerdo estar acostada en la sala de recuperación y preguntarle a la enfermera si había alguna manera de traer a mi bebé para que yo pudiera verlo. La enfermera no me apoyó y, en un tono gruñón y práctico que todavía recuerdo hoy, dijo: “He trabajado en este hospital durante veinte años y nunca he visto que traigan un bebé a la sala de recuperación de cesárea”. Comencé a llorar. Cinco minutos después, las lágrimas se detuvieron cuando vi a otra enfermera atravesar las puertas eléctricas cargando a mi bebé. Recuerdo sentirme abrumada por la alegría cuando puso a Jack en mis brazos. Lo único que pude hacer fue admirar a mi bebé completamente despierto, que se prendó y amamantó de inmediato. Nunca olvidaré ese momento. Realmente fue un milagro.
Al recordar esas experiencias, me doy cuenta de que mis partos fueron solo el comienzo de los altibajos de la vida con niños. Muchas experiencias, como el parto, están fuera de nuestro control, pero otras, como las rutinas cotidianas de la vida vivida con los niños, pueden cultivarse intencionalmente con sabiduría y ayuda de Jesús. Tu vida nunca será perfecta, pero en su mayor parte, tu vida puede ser realmente hermosa, especialmente cuando caminas con el Señor un día a la vez.
En el Club de Ayuda para Mamás, amamos y centramos nuestro ministerio en Proverbios 14:1: “La mujer sabia edifica su casa”. Es una Escritura poderosa que nos exhorta a convertirnos en mujeres sabias que cuidan de su familia y sus hogares de una manera hermosa y dadora de vida. Recuerdo haber leído este versículo cuando era una madre joven y deseaba desesperadamente ser sabia y tener una familia cristiana feliz. Quería un hogar pacífico centrado en Cristo donde a mi familia le encantaría residir, pero no sabía por dónde empezar. Cuando comencé a buscar en las Escrituras, encontré el versículo transformador Santiago 1:5: “Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie”. Nuestro Dios es generoso y quiere ayudarnos a convertirnos en mamás sabias, ¡y lo único que tenemos que hacer es pedírselo! Cuando finalmente entendí esta simple verdad, comencé a orar a primera hora de la mañana, pidiéndole a Dios sabiduría y ayuda.
Ahora puedo mirar hacia atrás en mi vida y ver las bendiciones de pedirle sabiduría a Dios con regularidad y ver las respuestas que Él me dio. Mi vida definitivamente no ha sido perfecta; hemos tenido una buena cantidad de luchas, pero la perfección no es el objetivo de todos modos. Vivir cada día estando cerca de Jesús hablando con Él y pidiendo su ayuda es una hermosa manera de vivir tu vida. Y cuando cometes un error, Él está ahí para levantarte y ayudarte a avanzar por el camino que Él tiene para ti. Siempre habrá obstáculos en esta vida, pero con la sabiduría de Dios y tu obediencia, definitivamente tendrás más paz.
Dulce hermana, tómate un momento ahora mismo y pídele a Dios que te ayude a convertirte en la mujer sabia que construye su casa. Díle que deseas su ayuda para poder ver tu vida y estar satisfecha con la forma en que viviste cada día. Si has cometido errores (como todos los hemos cometido), simplemente ora y pídele a Dios perdón y ayuda para tomar buenas decisiones en el poder del Espíritu Santo. Recuerda, no hay condenación para los que están en Cristo Jesús (Romanos 8:1). Como seguidora de Cristo, estás perdonada y libre, lista para afrontar cada nuevo día con la ayuda de Dios. ¡Puedes hacerlo, mamá!
IDEA LLENA DE FE: Ora los Tres Poderosos
El tío abuelo de mi esposo, John Bass, es un maravilloso hombre de Dios que fue el ex director ejecutivo de la Asociación de Libreros Cristianos. Él fue mi padre espiritual y me enseñó mucho de lo que sé sobre liderazgo. Una vez le pregunté qué había sido lo que más había contribuido a su maravillosa vida en el Señor. Dijo: “Durante los últimos treinta años, he orado y pedido a Dios tres cosas diariamente: sabiduría, conocimiento y compasión”.
Comencé a orar y pedirle a Dios estas tres cosas hace unos quince años y eso ha marcado una gran diferencia en mi vida. Han habido muchas situaciones en mi vida en las que la sabiduría que poseía sólo podría haber venido de Dios. Él ha sido muy fiel al responder esta oración, y mi vida es un testimonio de Su generosidad en la forma en que Él ha respondido. Intenta orar por los tres poderosos en su vida y observe cómo Dios obra estos rasgos en su vida también.
Con amor,
Mamá Deb Weakly el Equipo del Club de Ayuda para Mamás
I remember going into my daughter's room night after night and kneeling beside her bed and crying my heart out to God because I didn’t know how to be a Christian mom; I felt like I had no idea what I was doing. You know what? God is so faithful! He answered me and simply said, “Spend time with me, Deb.” And so I did. I began arising 15-30 minutes earlier each day so I could read my Bible and pray, and plan out my day with my family.
If there was one thing I would love to share with you is that God is personal and loves you as you are. You don’t have to be perfect to be loved by our amazing God! Come as you are! His loving presence can be practically known and experienced. He is not a God who is far away, He is near and easily found. He longs for you to come to Him!
Randy and I have been married for 33 years and we have two grown children, Christie, and Jack, and one answer to prayer son-in-law named Alex. And now I get to be a Gigi to my sweet little grandbabies, Aspen and Skylar, and Piper. Yay!
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