“Mejor son dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo. Si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante!” Eclesiastés 4:9-10
Tú perteneces aquí: Bienvenida al club
Si estuvieras aquí conmigo ahora mismo, te serviría una taza de té caliente y te diría tres simples palabras: Tú perteneces aquí.
He estado pensando mucho en ti, querida amiga, ¿o puedo llamarte “querida hermana”? He estado orando para que Dios te hable a tu corazón mientras lees este libro. Me gustaría que pudieras venir a mi casa para que podamos sentarnos en mis dos cómodas sillas y visitarnos y hablar de corazón a corazón sobre el importante trabajo que estás haciendo con tus hijos, ya sea que trabajes para ayudar a mantener a tu familia o te quedes en casa a tiempo completo con sus hijos. Tu trabajo en tu hogar es muy importante y estamos aquí para encontrarnos contigo donde estés para animarte en tu llamado como madre y señalarte a Jesús como la fuente de todo lo que puedas necesitar.
Mi oración por ti es que veas este libro en tus manos como una herramienta y como un cálido abrazo de parte mía y de mis amigas aquí en el Club de Ayuda para Mamás. Este libro viene con una comunidad de mujeres con ideas afines cuyo único deseo es ayudarte a conocer el amor de Jesucristo en un nuevo nivel, uno personal que también es práctico, y convertirte en la mujer, esposa y madre para la que fuiste creada para ser.
Mientras leemos juntas este libro, aprenderás cómo cultivar un alma llena del amor de Dios. Tendrás una nueva comprensión de cómo aplicar las Escrituras a tu vida diaria.
Juntas aprenderemos a amar bien a nuestros esposos e hijos, con sabiduría y en el poder del Espíritu Santo. Puede que estés casada o en una temporada de soltería. Es posible que te sientas maltratada y herida por las cicatrices del divorcio o el rechazo del padre de tu hijo que decidió no aceptar tu mano en matrimonio. O tal vez este sea tu segundo matrimonio y ahora tengas un nuevo rol (madrastra) y te sientas aterrorizada ante la perspectiva de ayudar a criar a un niño que no has conocido en toda tu vida.
No importa en qué momento de tu vida te encuentres en este momento: si estás casada, divorciada, soltera o te has casado de nuevo. Estamos todas juntas en esto: con Dios. Con la ayuda del Espíritu Santo, te guiaremos en oración mientras creas un hogar centrado en Cristo, uno que tus hijos recordarán con cariño cuando sean adultos. Y te alentaremos a cultivar amistades que durarán toda la vida. Nuestro grupo de hermanas quiere acompañarte y animarte en cada paso de tu camino como madre. Nos encantaría que te unieras a nuestra comunidad en línea en Facebook o Instagram para que podamos tener un lugar para dialogar juntas y mantener esta conversación.
Sabemos que tienes poco tiempo, por eso escribimos cada artículo pensando en ti. Para aprovechar al máximo este libro, tómelo en fragmentos y aplica una idea que hayas aprendido en la lectura de ese día. Este libro está lleno de ideas prácticas, recetas sencillas y actividades divertidas y significativas, que se encuentran al final de cada artículo y están diseñadas para vivirlas en tu hogar. Enfatizan un aspecto del artículo que destacamos para alentar aún más tus pensamientos. Luego, al final de cada parte, tenemos una hermosa lista de Escrituras para animarte en tu caminar con el Señor. Al final del libro, encontrarás nuestros Recursos de AYUDA, repletos de ideas prácticas, recetas y actividades divertidas y significativas para que pueda hacer con tus hijos.
Puedes usar este libro en tu tiempo devocional, o tal vez desees tomar una copia adicional para guardarla en tu automóvil y poder leerla mientras te sientas en la fila del viaje compartido o durante las lecciones de música de tus hijos, prácticas deportivas, o citas médicas.
Lee el libro cuando puedas; solo recuerda comenzar siempre con oración, pidiéndole a Dios que hable a tu corazón. Pídele que te dé algo práctico para aprender y aplicar a tu vida cada vez que leas.
Bendiciones y amor,
Deb Weakly y el Equipo del Club de Ayuda para Mamás
I remember going into my daughter's room night after night and kneeling beside her bed and crying my heart out to God because I didn’t know how to be a Christian mom; I felt like I had no idea what I was doing. You know what? God is so faithful! He answered me and simply said, “Spend time with me, Deb.” And so I did. I began arising 15-30 minutes earlier each day so I could read my Bible and pray, and plan out my day with my family.
If there was one thing I would love to share with you is that God is personal and loves you as you are. You don’t have to be perfect to be loved by our amazing God! Come as you are! His loving presence can be practically known and experienced. He is not a God who is far away, He is near and easily found. He longs for you to come to Him!
Randy and I have been married for 33 years and we have two grown children, Christie, and Jack, and one answer to prayer son-in-law named Alex. And now I get to be a Gigi to my sweet little grandbabies, Aspen and Skylar, and Piper. Yay!